Hola, me llamo Silvia (Sil, para los amigos) y soy una morena de pelo corto y cuerpo más bien menudo (pero con buenas caderas, mi gran orgullo) de 18 años y en esta primera entrada os quiero contar un poco sobre mi y cómo mi interés por el porno me llevó a cumplir con una fantasía que me volvía loca…
Por ser un poco concisos, tras haber tenido una infancia en la que tenía una gran curiosidad por el placer físico, aún sin reconocerlo como sexo o saber qué era tal cosa, perdí mi virginidad a los 14 años con mi primer novio (tras descubrir la masturbación gracias a mis primos, usar todo tipo de instrumentos en busca del ideal para llegar a mis primeros e inocentes orgasmos por penetración), un buen chaval pero no muy ducho en las dotes amatorias y con un pene más bien pequeño.
Comencé a ver vídeos porno con mi segundo (y último) novio serio. A él le gustaba ponerlos para tratar de calentarme pero lo cierto es que, como no era un gran amante, yo no disfrutaba de ver estas escenas con él, pero he de agradecerle el haberme descubierto esta página. Tras cortar con él he tenido mucho sexo esporádico con chicos de mi edad, aún tirándome los hombres maduritos, pero al ser de un pueblo pequeño, sin muchos vecinos y en lo que todo termina por saberse, he preferido cubrirme un poco las espaldas en espera de tener más facilidades para poder cumplir con mis fantasías y anhelos.
Pero volvamos al porno. Descubrí que disfrutaba más visitando esta web o buscando material sugerente yo sola, sin prisas, buscando el vídeo perfecto (o la tanda de vídeos) o haciendo colecciones de fotos o dibujos con los que masturbarme muy lentamente y a mi aire.
Aquí descubrí mi pasión por ver a otras chicas comiendo grandes pollas (nunca me he encontrado con alguna especialmente destacable en mi mundo real), los vídeos de bukkake o recopilatorios de faciales (me encanta imaginarme en cuclillas, rodeada por decenas de tíos cachondos, desconocidos masturbándome mientras les voy chupando la polla uno tras otro hasta que se vacían en mi boca o en mi cara), las escenas de alumnas seduciendo a sus profesores o los escenarios donde chicas muy jovencitas son folladas por señores mayores así como los dibujos con personajes conocidos o el hentai y el manga. Pero hace poco he descubierto los vídeos que más me fascinan y excitan: las tomas amateurs en las que chicas llaman a un repartidor de pizzas, un fontanero o algún otro servicio de entrega a domicilio y lo reciben en toalla o se van un segundo a otra habitación para volver en pelotas. Las más de las veces la cosa suele quedarse ahí pero me vuelven loca los vídeos en los que las chicas (o los hombres) no pueden contenerse y acaban dejándose tocar, masturbándolos, chupándoles la polla o incluso follándolos.
Hay otra variante en la que las chicas (aparentemente) se alojan en hoteles y llaman al servicio de habitaciones o un botones para proceder de la misma manera. Dios, me he corrido como una loca decenas de veces imaginando que era yo la que viajaba a alguna ciudad y, tras alojarme en algún hotel al azar, procedía de la misma manera que estas chicas, fantaseando con quién respondería a mi llamada y cómo respondería a la exposición de mi cuerpo desnudo o mis intentos de avance…
¿Será un chaval joven en prácticas adepto de los gimnasios que me empujará contra la pared y me incrustará su polla sin mayores contemplaciones? ¿O un tímido de mediana edad al que prácticamente tenga que guiar sus dedos hasta mi húmedo sexo para ver si capta el mensaje? ¿Tal vez un madurito que lleve más de 20 años sin ver un cuerpo juvenil en flor al que tal vez le c*** la polla casi por caridad…?
Realmente no me ponía tanto el imaginar quien podría ser como el mostrarme desnuda ante un desconocido y ver cómo se desarrolla la cosa. Creía que, incluso si sale despavorido, habría valido la pena y estaría tan excitada por el morbo que me masturbaré como una loca traviesa, entre risas, a su salud.
Lo cierto es que el año pasado tenía que irme a estudiar fuera de mi pueblo natal. A principios de verano me tocó hacer una primera ronda en busca de piso en una ciudad para mi desconocida y eso me llevó a fantasear con una posible nueva fórmula para tratar de cumplir con esa fantasía alimentada por el porno amateur de exhibicionistas.
¿Y si escogía una ciudad universitaria al azar (no en la que voy a vivir o donde me pudiesen reconocer) y, usando el tan común (y torturante) proceso de búsqueda de piso como coartada, aprovechase las singularidades propias del mismo para forzar un poco las circunstancias?
La idea me acompañó durante un par de meses y he de confesar que esa oportunidad se hizo fuerte dentro de mi imaginario sexual durante los mismos, siendo incapaz de masturbarme al menos una vez al día sobre ello… Finalmente acabé escogiendo la ciudad ideal para mi experimento, encaminándome a ella en un viaje en bus de dos tramos, aprovechando una primera parada para dar una vuelta y comer en otra ciudad antes de visitar por primera vez una tienda de lencería más sugerente que la mercería con la que teníamos que sobrevivir en el pueblo. Allí escogí un conjunto de medias negras, ligas, corsé, braguitas y sujetador semitransparentes preciosos que quedó relegado a una caja que apuré en mi mochila antes de salir corriendo a por el segundo autobús (que casi pierdo por los nervios). Realmente iba vestida con unos vaqueros y un jersey bastante convencionales ya que el ocultar lo máximo posible mis intenciones era parte fundamental de mi plan…
El mero hecho de estar en camino hacia mi fantasía y todo lo que me estaba esforzando para poder alcanzarla hacía que estuviese excitadísima y nerviosa como nunca, hasta el punto en que llegó a pasar por mi cabeza la idea de masturbarme en la parte trasera del autobús (que estaba casi vacío) pero preferí no jugármela (Aún así tomé buena nota de cuanto me gustaba fantasear sobre hacer alguna cochinada en un autobús).
Una vez en la ciudad escogida, comenzó el excitante periplo de buscar la inmobiliaria adecuada, pero el resto os lo contaré en mi próximo post…
(Nota: no soy Silvia, soy un hombre que la ha tomado como musa y que contará sus distintas aventuras en primera persona. Si estas historias te gustan y tienes posibles sugerencias para posibles continuaciones o quieres escribir algo a medias, estoy a tu disposición. Gracias por leer hasta aquí ;D)
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