al día siguiente, espere a que mi padre se fuera a trabajar, había pasado casi toda la noche pensando en todas las formas en que podría disfrutar a cristina, así que espere a que mi padre se fuera y después de unos minutos me levante de la cama y me fui directo a la recamara donde estaba ella, gire la perilla lentamente y abrí la puerta y entre de lleno al cuarto, ella estaba igual que el día anterior, acostada, cubierta únicamente con la delgada sabana, me acerque a ella lentamente, su respiración era tranquila, no podía creer como es que estaba así, como dormida, pero bueno, eso era cosa que no me importaba,
– bueno cristina, es hora de la diversión,
Le retire la sabana y ahora mi padre la había dejado con la pantaleta y su camiseta de tirantes,
– bueno, pues vamos a desnudarte de una vez,
Sujete la delicada camisetita y comencé a sacársela por la parte de arriba, después tome su pantaleta y de un jalón se la baje hasta sacársela por completo, una vez mas la tenia desnuda frente a mi,
– bueno cristina, ¿como te disfrutare hoy?
comencé a caminar a su alrededor, mientras trataba de escoger la forma en que la iba a usar, « un poco de sexo oral » « manosearla », « disfrutar de sus ricos pechos » « morder sus pezones » « tal vez llenarla de semen » todas las opciones eran por demás candentes, pero se me ocurrió algo, por que no echarle una checada a sus nalgas, la verdad es que ese era uno de sus atributos, sus hermosas y bien formadas nalgas, pero si iba a disfrutar de ella así, quería hacerlo a mi anchas, y la única forma era llevarla a mi habitación, así que baje un poco la cama y la tome entre mis brazos, la cargue y me fui directo a mi cuarto, la acosté boca abajo, me senté en la orilla de mi cama y la jale hasta que la mitad de su cuerpo quedo sobre mis piernas, dejando sus nalgas a mi alcance y una vez así, comencé a manosearla
– pero que sabrosas nalgas tienes cristina, en todos estos años jamás te las había visto tan de cerca,
Pose mis manos sobre sus glúteos y comencé a acariciárselos, se sentían duros y firmes, ahora comprendía por que pasaba tantas horas en el gimnasio, la muy putita quería tener un buen culo, pero no me iba a conformar solo con manosearla, así que decidí pasar directamente a su orificio anal, comencé a introducir mi dedo entre sus nalgas hasta que toque su culito y comencé a empujar, pero para mi sorpresa lo tenia bastante estrecho,
– vaya, creo que jamás te han penetrado, que desperdicio,
Saque de nuevo mi dedo y tome un frasco de crema de la cómoda, lo destape y embarre un poco entre sus nalgas,
– bien, ahora relájate,
Comencé de nuevo a empujar y para mi sorpresa la punta de mi dedo entro lentamente en su culo,
– bien, muy bien,
continué introduciendo mi dedo hasta llegar casi a la mitad y me detuve unos instantes, tenia que esperar a que se dilatara un poco, así que comencé a girar mi mano, en ese momento cristina lanzo un leve gemido, pero no me importo mucho y de golpe le metí todo el dedo, su ano se sentía bastante caliente, y eso provoco que me excitara mas, así que comencé a meter y sacar mi dedo, podía sentir como su culo se iba dilatando mas y mas hasta acoplarse a mi dedo, pero yo deseaba gozar mas de ese precioso culito, así que se me ocurrió que lo mejor seria usar todos mis dedos, así que comencé a intercambiarlos, le metía un dedo, se lo dejaba dentro unos minutos y después lo sacaba y metía otro, mi mano no dejaba de girar y mis dedos entraba y salían rápidamente de su ya dilatado orificio anal, cristina de vez en cuando gemía y su espalda se ponía algo tensa, pero eso no me detenía, yo seguía metiendo y sacando mis dedos, hasta que después de varios minutos la deje descansar,
– muy bien cristina, te has portado muy bien,
La volví a apoyar sobre la cama y salí a fumar un cigarrillo mientras pensaba que tenia que aprovechar su culo y la única y mejor forma era penetrándola, apague el cigarrillo y volví a mi habitación, cristina se veía bastante bien así como la había dejado, sus nalgas lucían en todo su esplendor inclusive hasta se separaban un poco dejando a la vista su orificio anal,
– bien cristina, vamos a ver como recibes mi verga,
la sujete por la cintura y lentamente la jale hasta la orilla de la cama dejándola empinada, me hinque detrás de ella, desabroche mi pantalón y comencé a pasarle mi verga por sus nalgas, se sentían calientes y su piel era tersa y suave, lo que me provoco una erección tremenda, así que sin mas preámbulos comencé a introducirle mi verga, pensé que me iba a costar algo de trabajo, pero gracias a la crema que le había puesto antes, mi miembro entro sin ninguna dificultad, su ano se sentía bastante caliente y apretado, me quede quieto unos segundos, casi podría jurar que ese culito jamás había sido usado, a diferencia de algunas amigas el culo de cristina se sentía muy apretado,
– no puedo creer que jamás te hayan penetrado…jajajaja
comencé a mover mi pelvis de forma lenta, de principio solo sacaba mi verga un poco y se la volvía a meter, pero después de unos minutos, pensé que poco importaba eso, así que comencé a moverme mas y mas rápido, le sacaba la verga por completo, esperaba unos instantes y después se la metía de un empujón, cristina solo lanzaba algunos gemidos y su espalda se ponía un poco tensa, pero yo no me detenía, mi verga entraba y salía rápidamente de su culo, hasta que después d un rato de estarla penetrando de esa forma, termine dentro de ella, espere unos segundos y después me salí por completo, pude ver como su orificio anal estaba completamente rojo y el semen comenzaba a salir formando un hilillo entre sus nalgas, la volví a subir a la cama y comencé a limpiarla y después le puse algo de crema y la puse boca arriba, tenia que esperar a que el semen saliera por completo, no quería que mi padre se diera cuenta al día siguiente, así que el resto de la tarde la limpie dos veces mas y ya en a noche la pase a su cama, y me fui a mi cuarto.
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